-¿Y porqué pregunta tanto? ¿Acaso en otra vida fue fiscal?
-No! nada de eso. En otra vida era un vago medio harapiento y un mojigato
Apostador.
-¿Ah si? ¿Y qué apostó?
- Las solapas del uniforme de oficial de correo,
Las mancuernas del patrón y
Un perro flojo y pulgoso del niño chillón de la pensión.
Pero no todo lo aposté,
Eso si que no!
Cambié el paraguas de Elizabeth Andrews
Por unas cuantas albóndigas, pan y alcohol.
- Evidentemente era usted apostador,
Uno estúpido diría yo! pero
¿Tanto como mojigato?
Se está pasando de hombre lengüilargo y hablador!
- Claro que si! no lo dude! quien mas mojigato que yo...
Si hasta aposté a mi mujer y el casero me la ganó
Y no tuve mas remedio, el gordo barbudo se enojó.
- Y supongo que se cruzó de brazos y todo lo perdió.
-En eso se equivoca!
Para perder soy perdedor.
Me escapé con su hija,
Una hermosa pelirroja de 20 años,
Que parecía de 28 para hacer el amor
De pecas en las mejillas, en la frente en las tetas y el mentón.
Y por no perder el impulso,
Me llevé también
Su colección de originales de los ROLLING STONES.
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